Einstein decía que el interés compuesto era la octava maravilla del mundo: quien entiende cómo funciona, lo gana; quién no lo entiende, lo paga.
¿Qué es el interés compuesto?
El interés compuesto es uno de los conceptos más poderosos de las finanzas. El interés compuesto es el elemento con el que inversores como Warren Buffet han hecho millones de dólares. El interés compuesto es el interés sobre el interés: ni más ni menos que el interés trabajando para nosotros.
Si bien el interés compuesto incrementa de manera exponencial nuestro capital inicial, necesita de un condimento clave para funcionar: el factor tiempo. El interés compuesto necesita del factor tiempo para hacer su trabajo. En un mundo de necesidades inmediatas, parece absurdo hablar de esperar. Pero así es: el tiempo es el mejor aliado de cualquier inversión para generar riqueza.
¿Vemos un ejemplo? Supongamos que partimos de un capital inicial de U$S1,000. Sabemos que una vez por año podremos ahorrar e invertir U$S 1,000 en acciones. Asi, compramos el índice de la bolsa de Estados Unidos, el S&P500. El S&P500 es un índice que incluye a las 500 empresas más grandes de Estados Unidos y representa la globalidad del mercado de capitales y la economía Americana. Este índice se adquiere comprando un fondo de inversión llamado SPY que en los últimos 10 años rindió en promedio un 13.31% anual. Teniendo en cuenta que en los últimos 10 años se vivió un fuerte período de mercado alcista, hacemos un cálculo más conservador y concluimos que este rendimiento podría ser algo menor en el futuro, digamos un 8%. Al cabo de 10 años tendremos U$S 16,645. En 20 años serán U$S 50,423 y en 30 años U$S 123,346. Esto fue ahorrando $1,000 al año. No hizo falta ningún otro conocimiento. Si hubiésemos guardado ese dinero en una caja de seguridad, en el banco o bajo el colchón, serían U$D30,000. El interés compuesto nos ha generado U$D 96,346.
Imaginemos que nuestro ahorro fuese mayor o si tuviésemos más capital para invertir inicialmente. Por ejemplo, si comenzamos con U$S 5,000 y ahorramos e invertimos U$S 1,500 por año, a los 30 años tendremos U$S 220,238. Sin haber invertido tendríamos U$S 50,000 al cabo de 30 años. En este caso, el interés compuesto creó U$S 170,238.
En ambos casos el interés compuesto ha más que triplicado lo que hubiésemos logrado sin invertir ese dinero. En la hoja de cálculo podrás cambiar el capital inicial, tu inversión anual y la tasa de interés para calcular la suma final año tras año.
El interés compuesto hace crecer el dinero de manera exponencial. Al comienzo los efectos son mínimos, pero con el correr de los años serán enormes.
Son varias las ideas con las que nos tenemos que quedar:
1- El interés compuesto es una de las herramientas más poderosas de las finanzas.
2- Para funcionar necesita tiempo, por lo que cuanto antes comencemos, mejor.
3- El interés compuesto no debe interrumpirse de manera innecesaria. Recordemos una vez más que el tiempo es su mejor aliado.
4- La alternativa para contrarrestar el factor tiempo es gastar menos e invertir más. Esto aumenta la cantidad de dinero trabajando para nosotros.
5- Por último: nunca es tarde para empezar.